lunes, 3 de marzo de 2014

Pequeñito pero matón




Sé que algunos os habéis quedado con ganas de serpientes y acción, después de la última entrada del blog. Sin embargo, lo bueno se hace esperar. Adelanto que no luché cuerpo a cuerpo con ninguna anaconda ni acabé en el hospital por una mordedura venenosa de la que me recuperé milagrosamente. Así que no esperéis aventuras a lo Indiana Jones, pero sí habrá serpientes más adelante.
Hoy os voy a hablar de un animalito más pequeño y menos espectacular, pero bastante más molesto, y omnipresente en la selva: el mosquito. Oooh, qué poco emocionante, ¿verdad? Pues no. El mosquito es uno de los animales más peligrosos, porque transmite todo tipo de enfermedades, algunas de las cuales pueden ser mortales, como la malaria o el dengue.
Por suerte, el mosquito que transmite la malaria (el anopheles) solo está activo entre las cinco y las seis de la mañana y entre las cinco y las siete de la tarde, por lo que es a estas horas cuando hay que tener más precaución con las picaduras. El mosquito que transmite el dengue (aedes) está activo a media mañana y poco antes del anochecer.
Pero, más que la malaria o el dengue, me llamó la atención la leishmaniosis, una enfermedad menos conocida. A mí me sonaba solamente por las advertencias que me hacía el veterinario por mi perro, pero resulta que el mosquito también puede contagiar a los humanos. La leishmaniosis no es mortal para nosotros, pero es un parásito que se va comiendo tu piel y, si no te das cuenta a tiempo, puede acarrear graves complicaciones. Tiene un periodo de incubación que puede ir desde varios días a meses, por lo que uno ya se ha olvidado de que estuvo en una zona de riesgo cuando se manifiesta. Por cierto, hace unos días me salió un granito que me pica… :-S

Otra de las cosas que te puede transmitir un mosquito es la larva de una mosca, la Dermatobia hominis. No es peligroso, pero sí asqueroso. Cuando el mosquito te pica, las huevas que porta eclosionan y las larvas intentan introducirse bajo la piel, ya sea por un folículo piloso o por el mismo agujero de la picadura. Una vez conseguido, la larva empieza a crecer, alimentándose de ti. El aspecto es el de un granito abultado que supura, ya que está abierto para que la larva pueda respirar. A uno de nuestro profesores se le instaló este incómodo huésped en el brazo y aguantó varias semanas con él bajo la piel (como buen biólogo). Nada mejor que una experiencia empírica para conocer el tema, desde luego... Mientras abría el grano con dos dedos, nos enseñó la cabecita de la larva, una cosita blanca que aparecía y desaparecía.  Por lo visto, cuando más molesta es por la noche, que tú duermes y sientes cómo el gusanito se mueve y come (te come). Si dejas que pasen las semanas de incubación, acaba por salir y no hay más complicaciones. Pero si no tienes estómago, lo mejor es quitárselo antes...
La primera noche que salimos en la selva (esta vez sí) a poner trampas para micromamíferos solo me había echado antimosquitos por las zonas que no llevaba cubiertas por ropa. Ingenua de mí, pensé que no atravesarían la camiseta ni los pantalones. Resultado: 4.359.395  picaduras de mosquitos. La primera noche resistí a rascarme, mientras me embadurnaba de after bite de arriba abajo. Los demás días… Bueno, digamos que el mantra “no hay picor” no surtió efecto.
Por cierto, que al principio también pensé que el antimosquitos no olía nada mal, parecía una colonia. El último, hubiera preferido echarme por encima las aguas fecales de la comunidad más cercana…
Los mosquitos son taaaaaan majos, que buscan cualquier rincón de tu cuerpo susceptible de ser picado. Y cuando digo cualquiera, quiero decir CUALQUIERA. Sé de alguno al que le picaron al ir al baño, no voy a decir dónde, y a mí decidieron atacarme en el único lugar del cuerpo donde no me había echado el apestoso mejunje: en los párpados. Primero uno y luego el otro, en la misma tarde. Vamos, que Mosquito 1 probó el primero y el capullo fue a dar aviso a los demás de que el otro estaba disponible, porque, si no, no me lo explico. Los párpados se me hincharon cual balones de fútbol y estuve cuatro días tomando antihistamínicos y antiinflamatorios hasta que dejé de parecer un sapo.
Mis ojos, después de las picaduras

Pero, antes de eso, y como el segundo día me había levantado con los párpados aún más hinchados, me fui a la ciudad con el fin de encontrar una farmacia donde me recetaran algo. Tengo que decir que cuando me quité las gafas de sol la dependienta se asustó un poco. Le pedí una crema, ungüento o similar para la inflamación que, por favor, ME PUDIERA ECHAR EN LOS PÁRPADOS y no me afectara a los ojos, y la buena mujer me dio una crema maravillosa… En cuyo prospecto decía: no aplicar en la cara. Aún no tengo claro si pensaba que los párpados no forman parte de la cara o si estaba tan deformada que mis ojos se me habían salido del rostro. Por suerte, esa buena costumbre de leer los prospectos me evitó complicaciones mayores…
En fin, después de la entrada de hoy, solo me queda daros la lección número tres de supervivencia en la selva, que engloba varios consejos:
1.- Llévate una mosquitera; 2.- Échate antimosquitos por todas partes, lleves ropa o no. Incluye los párpados, aunque con precaución;  3.- No escatimes en loción antimosquitos, llévate tres o cuatro botes; 4.- Eso que pone en el bote de que no es necesario que te apliques varias veces es mentira; 5.- Aun así te picarán mosquitos, y muchos, así que llévate algo que te alivie el picor. El aloe vera es una buena opción.
Como curiosidad cuento que restregarse termitas por el cuerpo es un buen método para evitar las picaduras de mosquitos. Lo probé... y funciona. Lástima que no haya siempre un termitero a mano.

6 comentarios:

  1. Son tan pero tan de lo peor que atacan hasta las pobres ranas (y tengo fotos ehh), he llegado a pensar que por la noches los mosquitos del mundo viajan hasta Yanayacu porque no encuentro una explicación. Me da pesar que mi primer día le mande la madre a mas de 8.990.879 pobre madresita pero enserio son insoportables.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jjaja, estoy de acuerdo contigo en que los mosquitos del mundo viajaron a Yanayacu para darse el festín con todos nosotros. No era normal la cantidad de mosquitos que había!!!

      Eliminar
  2. Joer, tenía poco interés en adentrarme en la selva, pero cada vez me quitas más las ganas..ejjjajajjaja..

    ResponderEliminar
  3. Jajaja, esto es solo para advertir de los peligros y que nadie piense que ir a la selva es un paseo de rosas... Pero también tiene cosas muy buenas, de las que hablaré más adelante :)

    ResponderEliminar